lunes, 23 de julio de 2012

Tairi :)


El día anterior el hecho de tener la cabeza de su mejor amigo sobre su hombre mientras el otro dormía le habría parecido lo más normal y natural del mundo. Después del sueño que había tenido esa misma noche, pero, las cosas ya no le parecían tan sencillas.
Juri estuvo tentado de despertarlo, pero el mayor necesitaba todas las horas de sueño que pudiera conseguir ya que últimamente estaba muy ocupado con los preparativos del festival escolar y los profesores no dejaban de esperar que siguiera siendo el número uno. Sin embargo, pese a la capacidad del más bajito de ver la situación con objetividad, su estómago no dejaba de hacer movimientos raros y cuando miró abajo para protestar y, sin querer, vio la cara del mayor, algo en su pecho se movió por primera vez.
Hipnotizado por la tranquilidad reflejada en la cara del otro y por el lento subir y bajar de su pecho cuando respiraba, Juri no podía apartar la vista de su mejor amigo y, sin ser consciente de ello, se fue acercando lentamente a él.
Un poco más’ pensaba, ‘sólo un poco más’.
Pero ni él mismo sabía para qué faltaba un poco más ni por qué su cuerpo parecía tan ansioso por conseguirlo. Por suerte, o desgracia, suya, cuando su cara estaba tan cerca del rostro del otro que no pudiera haberse acercado más sin que se tocaran, la puerta de la azotea se abrió y uno de los compañeros de clase del menor salió por ella.
- Ah, Tanaka-kun…
- Anderson… -murmuró Juri, masajeándose la nuca, que había soltado un doloroso crujido cuando su propietario había movido la cabeza bruscamente al descubrir otra presencia en el lugar donde antes estaba solo con su mejor amigo.
- ¿Puedo hablar con Kyomoto-sempai un momento? –preguntó el recién llegado.
- Está durmiendo –contestó Juri, más bruscamente e lo que pretendía.
- Es urgente. Matsumoto-sensei nos acaba de decir que los carteles del festival tienen que estar preparados hoy por la tarde y necesitamos al presidente para acabar de decidir los detalles –explicó el más alto.
Juri chasqueó la lengua, dirigiéndole una mirada casi asesina al miembro del consejo estudiantil que tenía enfrente.
-        Le diré que venga a veros cuando despierte –farfulló.
-        Pero es urgen… –empezó el mayor, aunque su voz se fue desvaneciendo cuando vio la expresión del otro.
-        Ya se lo diré cuando despier…
Pero Juri no acabó la frase, porque la figura que tenía apoyada en el hombro empezó a moverse y se incorporó, frotándose los ojos para acabar de eliminar el sueño que en ellos pudiera quedar.
-        ¿Juri? –preguntó, con los ojos aún medio-cerrados.
En ese momento, Juri se dio cuenta de tres cosas; había estado a punto de besar a su mejor amigo, no quería que nadie más que él viera la cara que este hacía en ese momento y Anderson estaba empezando a irritarlo de verdad.
-        Kyomoto-sempai… -empezó este y Juri presenció la transformación del mayor de los tres por infinitésima vez, en menos de diez segundos, su mejor amigo se convirtió en el presidente del consejo estudiantil, el número uno del instituto al que todos los profesores pondrían como ejemplo si les importaran un pimiento los alumnos diferentes a él.
No pasaron más de cinco minutos antes que Taiga se fuera a cumplir sus obligaciones como presidente del consejo y Juri se quedara solo en el mismo sitio donde había estado sentado junto a su mejor amigo. Entonces el Tanaka suspiró y, mientras recordaba como era tener la cabeza del otro reposando sobre su hombro, volvió a pensar en lo que había estado a punto de pasar antes que su compañero de clase los interrumpiera.
Se había quedado mesmerizado por la perfección del rostro del mayor y había estado a punto de…
- …besarlo –susurró, a la vez que sus mejillas enrojecían y su mano se dirigía automáticamente a sus labios-. ¿Pero qué me está pasando? –suspiró, sacudiendo la cabeza para sacarse todas las ideas raras que esta pudiera contener.

Taiga estaba preocupado, hacía días que su mejor amigo se comportaba de una manera extraña. Cada vez que se encontraban, el menor se ponía nervioso y, o bien empezaba a tartamudear tan pronto él se le acercaba, o bien se apartaba de él con algún pretexto sospechosamente extraño. A esas alturas, el presidente del consejo ya no sabía si era sólo casualidad o si Juri lo estaba evitando expresamente.
Faltaban cinco días para el festival escolar y Taiga no podía mantenerse lo bastante despierto el tiempo suficiente para acabar de organizar las cuatro cosas que le quedaban. Por si fuera poco, ese mismo viernes tenía que entregar un trabajo en la academia donde iba casi cada tarde después de acabar los deberes y casi ni había mirado el tema del trabajo.
Normalmente, en momentos como este, el chico aprovechaba los descansos de la comida para dormir en la azotea, mientras Juri vigilaba que nadie le molestase y le advertía que comiera ni que fuera un poquito. Pero esta vez, en lugar de Juri yéndole a buscar para que durmiese, como siempre hacía, el menor no se veía por ningún lado y el presidente del consejo de estudiantes tenía que añadir la preocupación por su mejor amigo a su larga lista de problemas agotadores.
El más alto caminaba por el pasadizo, de camino a la sala del consejo cuando casi choca con su mejor amigo, que hablaba con uno de los muchos conocidos que tenía en club de básquet. La sonrisa en la cara del menor le hizo recordar las muchas veces que se había despertado con la cabeza sobre su hombro o en su regazo, la sonrisa que este le dedicaba cada vez, tan diferente a esa que veía ahora pero tan parecida al mismo tiempo.
Los otros dos pasaron junto a él y el presidente sólo recibió una inclinación de cabeza por parte del chico que no conocía y una mirada acompañada de un ceño fruncido por parte de su amigo. El mayor no podía evitar pensar en qué debería haber hecho mal para que el menor le ignorara de aquella manera y un suspiro escapó sus labios cuando se giró para ver su figura alejarse.
- Juri…

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